Hoy Córdoba es la provincia con más policías por habitante del país y sin embargo la inseguridad sigue creciendo. Esto sucede porque la cúpula policial es socia del delito organizado. Protege y regentea desarmaderos, redes de trata y el negocio narco. Y junto al Poder Judicial y al político conforman un triángulo de impunidad y corrupción donde todos se enriquecen. Por eso, mientras más se fortalezca la policía, más aumentará la inseguridad.
Este triángulo mafioso es enfrentado cotidianamente por muchas organizaciones, para terminar con sus nefastas consecuencias sobre la juventud y la sociedad.
Para terminar con esta lacra social proponemos un estricto control social sobre las fuerzas, depurando la policía de corruptos, represores y agentes formados en la dictadura militar. También permitir la sindicalización para quebrar la verticalidad y permitir que cualquiera pueda denunciar los delitos de la cúpula. Hay que derogar la Ley de Narcomenudeo y el Código de Convivencia y avanzar hacia un modelo preventivo y no represivo y fomentar la auto organización barrial. La solución no es la represión sino la inclusión social y plenos derechos.